Es un comparador de flujo entre la muestra y una solución de referencia: los dos fluidos son empujados juntos a través de un chip microfluídico en forma de “Y” y fluyen laminarmente. Una cámara de alta resolución detecta la diferencia de contraste (o diferencia de tensión superficial) entre la muestra y el fluido de referencia, identificando la posición de la interfaz entre ambas.
Dependiendo de la viscosidad de la muestra, las tasas de flujo y las dimensiones del chip, el volumen ocupado por cada fluido cambia. Por lo tanto, las medidas se basan en una relación simple entre caudales (ajustados por el software), la viscosidad de la referencia (conocida) y la posición de la interfaz, que es observada por la cámara.
Las pequeñas dimensiones de la celda de flujo contribuyen al alto confinamiento del fluido que fluye. Por lo tanto, solo se requiere un pequeño volumen de muestra para determinar la viscosidad y se puede acceder fácilmente a altas tasas de cizallamiento.
Al fluir constantemente al lado del fluido de referencia, la tecnología no requiere calibración y, por lo tanto, medir múltiples muestras una tras otra es mucho más eficiente en el tiempo.